La comida es un aspecto central de los años más formativos de la infancia y el tema va mucho más allá de la nutrición y la salud. En Madrid Montessori queremos ofrecer comida rica y sana, preparada con ingredientes de la más alta calidad. Aspiramos a educar a los niños para que sepan distinguir por la textura, el sabor y el olor lo que es nutritivo y saludable. Queremos que nuestra cocina sea un sitio en el que se sientan bienvenidos.
Los ingredientes de las comidas son ecológicos y los compramos respetando las cosechas de cada estación si están disponibles en nuestros proveedores habituales. Las comidas, preparadas cada día, son deliciosas, vegetarianas y nutricionalmente equilibradas. También hacemos pan fresco cada día, utilizando levadura madre. No usamos alimentos procesados con grasas o azúcares añadidos y ninguna comida contiene colorantes o conservantes. Todos los días, los niños disponen de fruta fresca orgánica y agua filtrada en las aulas.
Los niños comen en sus aulas y todos ayudan antes y después de la comida. Sus mesas tienen salvamanteles, flores frescas, vajilla y vasos de cristal. Animamos a todos los niños a probar lo que servimos cada día, aunque solo sea una cucharada. Si algún niño repetidamente no come un determinado plato, avisaremos a la familia de que es necesario traer algo de casa. Padres y madres están invitados a comer con los niños una vez al año.
Creemos que es importante que los niños comprendan de dónde viene la comida, cómo se prepara y cómo se pueden reutilizar los deshechos. Por esta razón los niños cuidan el huerto, ayudan con la cosecha y tiran la basura en los cubos de reciclaje o de compost. Dependiendo de la época del año, hay semillas para plantar o regar, especias para cortar, o verduras de hoja para cosechar y poner en el plato del día.
Nuestro programa de comidas “del huerto a la mesa” sigue la línea de la pedagogía Montessori. Les proporciona a los niños experiencias concretas con las semillas, la tierra, el soleamiento y el proceso mágico que supone el cultivo de su comida. Así ellos son testigos del origen de su alimento y comprenden mejor el vínculo con la tierra, sus ciclos estacionales y el esfuerzo que requiere su cuidado.
Así como en el huerto, los niños de todas las edades se reúnen en la cocina. Amasan el pan, preparan la fruta para las cestas de las aulas, llevan el pan a las mesas y llenan de agua las jarras. La comida es una parte integral del programa educativo: aprender acerca de la comida es aprender acerca de la vida. Por esta razón los costes de la comida en el colegio están incluidos en el precio de las cuotas escolares.
